La confianza se halla en nuestra esperanza y en nuestra fe. Procede de la experiencia del poder Divino dentro de nosotros y del conocimiento que la vida nos respalda, que es buena y que formamos parte de un conjunto mayor, siempre vinculados e incluidos. Es esta seguridad la que nos mantiene cuando la existencia es dolorosa o difícil y cuando no está claro el camino ante nosotros. Confiamos en que la vida nos apoye en nuestro proceso de crecimiento y desarrollo; aunque quizás no apreciemos lo que sucede o no entendamos plenamente los riesgos, pero en nuestros corazones sabemos que todo irá bien, por difíciles que puedan ser las cosas. Desarrollamos una confianza en que DIOS nos ayuda, nos protege y nos trae paz; entregándonos el control de nuestras vidas. En la oración presentamos nuestros temores, dudas y ansiedades; creyendo que nos proporcionará el bien supremo y la felicidad más grande. La plegaria fortalece la unión con DIOS y el conocimiento que nos hallamos asistidos por ÉL. Confiamos en nosotros mismos, confiamos en que el proceso se desarrolle como debe ser y confiamos en que el Todopoderoso nos conduzca a puerto seguro. Cuando confiamos en nuestro potencial interior, jamás desperdiciamos energía. Cuanto más permitimos que la Luz del Alma fluya por nuestro Ser, tanto más sólidas serán las bases de la confianza que nos apoyarán en las acciones de cada día.
Confiar en que el placer perdurará y que el amor persistirá; son creencias positivas que reflejas los fuertes deseos que sustentamos. La confianza procede de las profundidades de nuestro ser, alienta nuestro corazón y encontramos la confianza en nuestro centro. Cuando toquemos este lugar, afirmaremos la confianza en la vida. La afirmación confirma lo que es positivo y bueno en nuestra existencia, supone mantenernos centrados en lo positivo, incluso en la duda y el temor. De testimonio de tu confianza en las verdades eternas, en la Presencia de la Divinidad actuando en tu vida. Tus afirmaciones abrirá puertas.
ORACIÓN.
Ángel bendito de la Confianza, enciende la chispa de la confianza en el amor perdurable de DIOS por nosotros. Permite que se abran puertas a la bondad y a la alegría. Haz que creamos que la buena voluntad se manifestará por sí misma en nuestras vidas. Ayúdanos a confiar en el Espíritu Santo y a conocer que todo lo que se despliega está concebido para existir. Amén.