El renacimiento es el tema de la primavera, cuando la belleza que surge y la frescura de la vida se encuentra en un estado de renacer. Cuando sometemos el ego al Yo Superior, nos desembarazamos de las partes viejas y rígidas de nosotros mismos, que no consiguen atender a nuestro bien supremo; renaciendo en un continuo fluir de la vida que sobreviene con el crecimiento y el cambio. En el renacimiento espiritual afirmamos el amor, la vida y la gloria de Dios, cuando hallamos nuevas maneras de compartir nuestra luz con quienes nos rodean.
MEDITACIÓN.
Se consciente de lo que sientes viejo, cansado y estéril en tu persona. Mientras respiras suavemente, tu cuerpo se relaja. Mírate por dentro para reconocer aquellos lugares donde se resisten al cambio (relajación) y has una cuantas respiraciones más alli, para deshacer los nudos y las tensiones. El renacimiento sobreviene cuando abandonamos las ideas antiguas de nosotros mismos y de la vida en general y dejamos espacio para recibir y acoger las nuevas.
ORACIÓN.
Oh, Ángel del Renacimiento, despiértanos a la conciencia de que la vida constituye un eterno renacer y la expresión de nuestra alma es en sí misma el elixir de la vida. Nos exaltamos y aceptamos en cada etapa de la existencia. Muéstranos lo que es permanente y lo que permanece inmutable. Haznos conscientes del espíritu que vive en nosotros y de que emergemos renacidos en cada ciclo de la vida. Amén.
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