domingo, 20 de noviembre de 2011

EL CAMINO ANGELICAL A LA SANACIÓN.


 La base de toda sanación es el perdón: la eliminación, por decisión propia, de la ira, la rabia, el odio y el dolor provocadas por las heridas que nos han causado personas o sucesos y el daño que nos hemos hecho a nosotros mismos. Cuando hay necesidad de curar, existe la necesidad de perdonar. El perdón es el “Camino Angelical” que nos conduce a la sanación.
A lo largo de nuestras vidas en este mundo,  dejamos de decir palabras cariñosas cuando deberíamos, o vemos que alguien nos necesita y pasamos sin darnos cuenta. Todo esto causa heridas espirituales que pueden separarnos de los demás y de nuestra propia alma.
Provenimos de DIOS, que es UNO, es la unidad de la creación.  Nuestros Ángeles son mensajeros, perfectos transmisores del amor y la gracia de DIOS.  Lo único que desean es que el amor, la armonía y la perfecta paz de DIOS habiten en nosotros  porque estas cualidades forman parte de ellos.
Por este motivo los Ángeles están dispuestos a ayudarnos en cualquier momento para que seamos capaces de perdonar a los demás, comprender la necesidad de pedir perdón cuando hemos herido a otra persona y ser perdonados; los Ángeles están junto a nosotros y nos ofrecen su amor y su apoyo.  Nuestros Ángeles se alegran siempre que superamos nuestra ceguera espiritual y las barreras que nosotros mismos hemos creado.
El perdón y la curación son inseparables.  El perdón, tanto si lo damos como si lo recibimos, es el que inicia el proceso que nos cura esas heridas.  Es la medicina más poderosa que existe, porque detiene los daños que las heridas pueden causar y prepara el terreno para que el amor, las sustituya a través de la reconciliación.  El perdón no es una emoción ni un sentimiento,  un acto voluntario en el cual decidimos sanar una herida; no llevarla  en el corazón. Al tomar la decisión de perdonar; se abre la puerta a la sanación.  Allí entra el amor y sana cualquier rencor almacenado.  La mayoría de las veces estamos  tan  heridos, que  no damos importancia al rencor  y nos cegamos negándonos la oportunidad de perdonar, es lo único que alivia nuestro dolor.
La manera más sencilla de perdonar es pidiéndolo, pero algunas veces no encontramos la manera de hacerlo o no recibimos respuesta; estos detalles no impiden el realizar nuestra sanación, ya que depende de nuestra voluntad, comprensión  y  disposición. El perdón, no es fácil se necesita tiempo y a veces lo más difícil de perdonar son nuestras propias faltas, pero debemos continuar  hasta que nuestros sentimientos estén en paz.
Cuando nuestro dolor o recuerdo regresen a nuestra mente, pidamos ayuda a Dios y a nuestros Ángel de la Guarda, en colaboración con el Ángel de la Guarda de la otra persona o de la situación; nos llenen de Luz Divina este momento y digas:  “TE PERDONO.”

 ORACIÓN.
Amado Padre, desciende sobre mi y en compañía de mi Ángel de la Guarda, rodéanos con Tu Luz de Amor.  Transmuta el odio en amor, la desconfianza en confianza, la crítica en halago,  los celos en deseos de compartir,   que la amargura se vuelva alegría; sana mi corazón y el de mis amigos.  Haz que la Luz del Amor Divino,  resplandezca en nuestros corazones. Yo los perdono por sus ofensas.   Ellos me perdonen por las mías.  Que todos nos perdonemos, por romper la armonía del amor. Ángel de mi Guarda, repara con tus alas las heridas invisibles y con tus amorosos consejos, haz que triunfe el perdón y extiende un puente de Luz, entre mi corazón y el de mis enemigos.

 MEDITACIÓN.
En  un lugar  donde no seas molestado, respira profunda y lentamente   (toma aire y  llévalo al vientre – sostenlo por unos segundos – expúlsalo lentamente – sostenlo) repite 3 veces;  buscando  un estado de tranquilidad y de relajación. 

Dice: “Amadísima Presencia de DIOS YO SOY, en mí. Bajo Tu Divina  Presencia invito a mi Ángel de la Guarda, al Arcángel Miguel para mi protección y al Arcángel Zadkiel,  para  que limpie, transmute y sane  esta situación.   Imaginas que está detrás de ti,  te cubren  con sus alas totalmente y te da su amor.  Recuerda  y trae a tu mente la (situación o la persona que deseas perdonar),  visualiza como de tu corazón sale una Luz  Violeta y envuelves  esa (persona  o situación)  y le dices: “Los siento,  te perdono por  lo que me has hecho y que me ha causado dolor y  tristeza; te perdono y te dejo en libertad  puedes irte.”  Dale las gracias por todas las experiencias  que han vivido, ve como esta persona o situación se aleja de ti.  Da las gracias a tu Divina Presencia de Dios,  a tu Ángel de la Guarda, al Arcángel Miguel, al Arcángel Zadkiel y a todos los Seres de Luz que han estado allí para colaborarte en esta sanación, toma un tiempo para sentir todo el Amor y la Paz que te llena.

Respira suavemente y poco a poco comienza a regresar a tu diario vivir, moviendo  y estirando tu cuerpo.  Se consciente de  tu espacio.








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